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Si amar en el matrimonio fuera facil

Si amar en el matrimonio fuera facil

Amar desde la perspectiva del que diseñó el amor, no es fácil, pero si es posible!

La semana pasada hablamos de que si amar fuera fácil, no habría tanto dolor y sufrimiento en el mundo. Si amar fuera fácil, no habría divorcios; no habría peleas; no habría ofensas y si las hubiera, se sanarían de inmediato con el perdón que es un reflejo del amor.

Si el amor fuera fácil, no habría mentiras ni engaños; no habría indiferencia; no habría abandono ni olvidos. Si el amor fuera fácil no habría egoísmo ni orgullo. La comunicacion clara y efectiva es el cimiento de cualquier relacion. Sin embargo, en medio de las ocupaciones diarias y las tensiones, la comunicación a veces puede verse afectada.

El matrimonio es una unión sagrada que trae consigo alegría, compañerismo y un amor profundo. Sin embargo, para aquellos que han estado casados ​​durante algún tiempo, saben que amar en el matrimonio no siempre es fácil. A medida que las parejas navegan por las aguas de la vida juntas, enfrentan desafíos que pueden poner a prueba su compromiso y afecto mutuo.

Dedicar tiempo para hablar y escuchar lo esencial. Establecer momentos regulares para compartir pensamientos y emociones fortalece la conexión y prevenir malentendidos. La rutina diaria puede hacer que la relación caiga en la monotonía, disminuyendo la chispa y el romance.

Inyectar pequeñas dosis de sorpresa y espontaneidad puede revitalizar la relación. Planear sorpresas, citas o escapadas especiales puede avivar la pasión y la conexión emocional.

De acuerdo al Manual de Instrucciones de Dios, en I Corintios 13, amar es un conjunto de decisiones a favor de las personas a nuestro alrededor. Esas decisiones incluyen: ser tolerantes, respetuosos, serviciales, estar dispuestos inclusive a sufrir ciertas limitaciones por el bien de las otras personas y especialmente del cónyuge y los hijos. Amar es dar incondicionalmente. Amar es nunca reclamar, nunca ofender, nunca juzgar. Amar es estar dispuestos a perdonar siempre e incondicionalmente.

Cada persona es única, y las diferencias pueden llevar a conflictos. Ignorar estas diferencias o pelear constantemente puede afectar la relación. Aprender a ceder y encontrar un terreno común es esencial. Practicar la empatía y buscar soluciones juntos puede fortalecer la relación y el entendimiento mutuo.

Definitivamente amar no es fácil. Entonces necesitamos una ayuda fuerte y poderosa que nos ayude.

I Juan 4:7-8: Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.

La única manera como podemos tener la voluntad y la fuerza suficiente para amar al prójimo a la manera de Dios, es conectados a EL. (Debemos recordar que nuestro primer prójimo es el cónyuge, luego los hijos, los padres y el resto de la familia. Luego vecinos y compañeros de trabajo, amigos, etc.) Sin esa conexión con Dios es imposible amar como EL nos lo pide.

Amar correctamente no es fácil, pero es el requisito de Dios para poder tener buena vida en la Tierra y garantizarnos el Cielo. Si no tenemos a Cristo Jesús en nuestro corazón, no podremos alcanzar el nivel de amor que necesitamos para honrar a Dios y para poder alcanzar el gozo de Dios a nuestras vidas.

Si no has estado conectado al Señor lo suficiente para vivir ese amor que EL espera de nosotros, pídele perdón al Señor y toma la decisión de buscar más de su presencia, aprender más de su palabra y llenarte más de EL.
Dios es Amor, y solo conectados a EL podremos tener el amor necesario para amar a nuestra familia.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!

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