¡Cómo puedo saber si estoy viviendo pruebas o consecuencias!
¡Todos los seres humanos enfrentamos circunstancias difíciles en la vida de diferentes tipos, tamaños y colores! Muchas veces pensamos que las circunstancias que estamos viviendo no son justas. ¡NO es Justo que me esté pasando esto a mí! A veces las circunstancias son pruebas, pero a veces son consecuencias de nuestras decisiones.
En lugar de ver los desafíos como obstáculos insuperables, los matrimonios cristianos pueden transformarlos en oportunidades para fortalecer la conexión espiritual y emocional. Esto implica juntos la orientación divina, orar en unidad y comprometerse a buscar los desafíos como equipo.
Hay ocasiones especiales cuando Dios sabe que necesitamos atravesar pruebas, porque ellas nos preparan para el crecimiento espiritual, o incluso ayudan a evitar que pequemos. Las pruebas son variadas y Dios determina las pruebas de acuerdo a nuestras fuerzas y necesidades.
Las pruebas no son fáciles. Quiere decir que vamos a experimentar dolor o aflicción. Debemos aceptar el hecho de que hay experiencias difíciles en la vida y no poner una fachada para aparecer “más espirituales”.
Las pruebas son controladas por Dios, y no durarán para siempre. Cuando Dios permite que sus hijos atraviesen el horno, él mantiene su ojo en el reloj y su mano en el termostato. Lo importante es que aprendamos la lección que él quiere enseñarnos y que solo él reciba la gloria.
Toda acción va a tener una consecuencia, buena o mala. Muchas veces vivimos las consecuencias de malas decisiones, que son todas aquellas que van en contra de la voluntad de Dios escrita en la Biblia.
Las relaciones que más sufren generalmente son el Matrimonio y la Familia, porque son las relaciones con las que más interactuamos y la que tenemos la alta posibilidad de no ponernos de acuerdo. Entonces pueden venir acciones de reclamo, ira, maledicencia, maltrato, etc; que tendrán graves consecuencias en la Familia.
Entonces cuando reaccionamos, y decidimos ser humildes, mansos y pacientes; y perseveramos en obedecer la palabra de Dios como EL dice sin cansarnos de hacerlo nunca; a su tiempo, obtendremos las bendiciones de una familia saludable, estabilidad, paz, prosperidad y muchas bendiciones más.
cada desafío puede ser visto como una prueba o como una consecuencia de decisiones. Al adoptar una perspectiva centrada en la fe, podemos aprender, crecer y fortalecer nuestra relación conyugal. Al confiar en Dios y comprometernos a aplicar los principios cristianos en medio de los desafíos, podemos convertir estas pruebas en oportunidades para construir un matrimonio sólido y duradero.
Es muy diferente vivir “pruebas” o “dificultades”. Las pruebas no las podremos evitar, pero las consecuencias si podremos evitarlas, si hacemos las cosas a la manera de Dios.
como puedo salir de una consecuencia por mis malas decisiones