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Persevera

¡Persevera y lo lograras!

La perseverancia es la capacidad para seguir adelante a pesar de los obstáculos, dificultades, desánimo, aburrimiento, frustración, o los propios deseos de rendirse. La persona perseverante termina lo que ha empezado, vuelve a intentarlo tras un fracaso inicial, persigue sus objetivos y se mantiene concentrada y trabajando en su tarea.

Por el contrario, si nos vamos al extremo opuesto de la perseverancia, nos encontramos con personas perezosas y vagas, que se rinden demasiado pronto o que ni siquiera lo intentan, que buscan lo fácil y toman atajos siempre que pueden, pierden el interés con facilidad y abandonan ante la más mínima dificultad.

Thomas Edison probó más de 6000 sustancias antes de encontrar la que finalmente resultó ser útil para crear el filamento de la bombilla eléctrica. Dijo que “el genio es un 99% transpiración y un 1% inspiración”. Abraham Lincoln perdió seis elecciones y fracasó en dos negocios antes de convertirse en uno de los presidentes más importantes de Estados Unidos.

En general, persistir ante el fracaso es difícil, puesto que el fracaso produce una emoción desagradable que hace que las personas deseen dejarlo y mirar hacia otro lado. La persistencia requiere vencer esta tendencia a abandonar. Estamos hablando de perseverancia en todo lo bueno que Dios nos permite.

Efesios 6:18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia…

En toda relación matrimonial, la persistencia es fundamental. Es esa actitud de luchar y esforzarse a hacer las cosas a la manera de Dios. No le es fácil a ningún ser humano persistir en los momentos difíciles, pero Dios nos manda a ser perseverantes en la oración en el Espíritu que nos va a permitir ser más tolerantes cada día y poder obtener un matrimonio saludable.

Gálatas 6:9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.

Dios nuestro Padre Celestial, nos manda a persistir en hacer el bien, aun cuando la persona no lo merezca. Y la promesa es maravillosa: a su tiempo segaremos. O sea que hay una promesa de Dios de que cuando sembramos el bien, el amor, el perdón y todo lo bueno en una persona, habrá un tiempo de cosecha en el que recogeremos de la misma especie que sembramos.

El poder de la perseverancia se manifiesta en todo matrimonio cuando al menos uno de los dos, y preferiblemente los dos, deciden sembrar incondicionalmente amor, respeto, perdón, consideración, servicio, apoyo, trato amable en medio de una vida de alto contenido espiritual. Entonces el poder de la perseverancia dará frutos abundantes de la misma especie y el matrimonio se convierte en un espacio en el tiempo del que nos gusta disfrutar lo más posible.

Nunca te rindas, nunca te canses de hacer el bien, especialmente a la persona que Dios te dio con la potestad de ser como una sola carne contigo. Si eres perseverante y sin reservas, aun cuando haya momentos difíciles en los que quieres tirar la toalla; tu bendición llegará.

Isaías 26:3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. 

Si eres de los que te has cansado de hacer el bien a tu pareja, pídele perdón a Dios y toma la decisión determinada de perseverar en amor, respeto, consideración, perdón, servicio y apoyo, con la absoluta convicción de que un día, disfrutarás de un matrimonio saludable, próspero y lleno de gozo.

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