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¡Mi pareja de queja demasiado! ¿Qué puedo hacer?

¡Mi pareja se queja demasiado! ¿Qué puedo hacer?

Cuando un ser querido manifiesta quejas constantes, es un indicador de que algo no marcha bien en su entorno. El comportamiento humano está profundamente influenciado por nuestras circunstancias y por las percepciones que tenemos en nuestra mente. La queja se convierte, así, en la manifestación más común de la inconformidad y la frustración.

Si una persona se queja con frecuencia, es posible que haya múltiples aspectos en su vida que le resulten insatisfactorios. No siempre implica que tenga razón; más bien, refleja su disconformidad con la realidad.

Una de las principales fuentes de conflicto entre parejas radica en las diferencias de perspectiva entre hombres y mujeres, que muchas veces ven el mundo de maneras muy distintas. Además, las características temperamentales juegan un papel significativo; por ejemplo, los temperamentos melancólicos y coléricos tienden a expresar quejas con mayor frecuencia que otros.

Las quejas más comunes que las mujeres suelen expresar incluyen:

  1. La falta de apoyo de sus esposos en las labores del hogar y en el cuidado de los niños.
  2. La percepción de que sus esposos no realizan mantenimiento en la casa, pero están dispuestos a ayudar a sus amigos.
  3. La sensación de no ser escuchadas, ni atendidas, ni de recibir suficientes conversaciones significativas.

Por su parte, los hombres suelen quejarse de:

  1. La falta de intimidad sexual, mencionando que siempre hay excusas como dolores de cabeza o cansancio.
  2. Los gastos excesivos de sus esposas, que parecen nunca estar satisfechas y siempre desear más.
  3. La imposición de sus esposas para hacer las cosas de una manera específica, que suele contradecir su propia voluntad.

Estas quejas, aunque en numerosas ocasiones tienen fundamentos válidos, requieren ser valoradas de forma madura. Es esencial escuchar y buscar soluciones constructivas que fortalezcan la relación.

Mantener la calma al lado de alguien que se queja constantemente es un reto. La negatividad tiende a generar malestar, y quienes rodean a una persona que siempre está quejándose pueden sentir la necesidad de distanciarse. Nadie quiere pasar tiempo con alguien que irradia pesimismo. Este ciclo de quejas puede crear tensiones innecesarias y discusiones que se desvían del tema original, lo que a menudo resulta en ofensas que comprometen la conexión emocional.

“Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, procurando mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.” (Efesios 4:2-3)

Para abordar las quejas de tu cónyuge, lo primero es adoptar una postura tolerante, acompañada de humildad y paciencia. Intenta entender la raíz de sus quejas y trabaja en conjunto para solucionar esas insatisfacciones. Es vital prestar atención a sus sentimientos y reconocer la fuente de su malestar. Una vez identificada la causa, ambos pueden crear un plan juntos para mejorar la situación y tomar decisiones en equipo.

Si eres quien tiende a quejarse en la relación, considera aprender a expresar tus sentimientos de manera constructiva. En lugar de quejarte diciendo “¡Es que nunca me prestas atención!”, intenta reformularlo como: “Mi amor, me siento triste y desanimada porque no percibo que me prestes atención.” Esta pequeña modificación en el enfoque puede conducir a respuestas más positivas y constructivas.

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Tu matrimonio y tu familia son el tesoro más valioso que Dios te ha dado ¡CUIDALO!

 

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