El Manual del Diseñador y creador del Universo, del hombre y del Matrimonio nos enseña en 1Cor 13 cuál es el fundamento de un Matrimonio saludable: Servir, atender, perdonar, sin egoísmo, sin enojarse, creyendo esperando y soportando todo. Por esa razón:
El amor es un acto de la razón y no de la emoción.
Muchas personas creen que amar es un sentimiento, una llama interna, una emoción desbordante, o un delirio de gozo. Pero eso desde la perspectiva de Dios no es amor, es pasión y es pasajera.
Amar, desde la perspectiva del que nos diseñó es: SERVIR.
Amar es: Servir y ser pacientes. La paciencia es un fruto de la decisión de amar. Al ser pacientes podemos tener la tolerancia necesaria para aceptar las debilidades de nuestro cónyuge y confiar en el crecimiento espiritual que le dará la fortaleza y la sabiduría necesaria para cambiar lo que se debe cambiar. Es confiar en que EL que empezó la buena obra, la terminará! Amar es estar dispuestos a servir al cónyuge de forma sufrida, paciente, sin condiciones, no necesariamente porque se lo merezca o no, es para obedecer a Dios.
Amar es: Servir sin esperar recibir. El amor nunca es egoísta. El amor siempre está en función de las necesidades, y el bienestar del cónyuge. De esta manera podemos dar lo mejor de nosotros a nuestra pareja y disfrutar de la más hermosa relación. Cuando se da sin condiciones, se recibe con bendiciones.
Este es definitivamente el principio sobre el que descansa un Matrimonio saludable. El hombre como cabeza del hogar debe ser el primero en dar el ejemplo y servirle a su esposa y a sus hijos. I Cor 5:25, manda a los hombres a amar a sus esposas, entregándose a si mismos para amarlas hasta el punto de dar la vida por ellas.
1 Corintios 13 no solo es un hermoso pasaje bíblico, sino también un manual práctico para construir un matrimonio saludable y sólido. Sus enseñanzas nos recuerdan que el amor va más allá de las emociones pasajeras y se fundamenta en acciones conscientes y valores profundos. Al aplicar estos principios en nuestra vida matrimonial, podemos construir una relación que crezca en amor, respeto y compromiso a lo largo del tiempo.
En un mundo donde a menudo se asocia el amor con la emoción, 1 Corintios 13 nos recuerda que el amor es también un acto de la razón. Implica elecciones conscientes y acciones deliberadas en lugar de meras reacciones emocionales. Este enfoque racional nos permite cultivar un amor más duradero y comprometido en el matrimonio.
Las mujeres necesitan que su esposo exprese el amor con servicio y romance. Los hombres necesitan que su mujer exprese amor con respeto y sujeción. Cuando un hombre sirve a su esposa procurando su bienestar antes que el de él mismo, y la esposa hace lo mismo con él, estarán viviendo el verdadero amor que hace reverdecer la pasión en la pareja.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado.
Meditar en la palabra de Dios, declararla diariamente en nuestra vida y ponerla en práctica,
nos conduce a la prosperidad y al éxito.