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El poder de la conexión

El poder de la conexión

Una conexión es una acción que enlaza dos o más partes para transmitir algo. Por ejemplo, cuando conectamos una lámpara a la red eléctrica, nos da luz; cuando nos conectamos a una red de wifi, tenemos internet; o cuando nos conectamos con otra persona, nos transmitimos vida mutuamente.

Deducimos entonces que en la conexión hay una capacidad de transmisión de luz, conocimiento, vida, etc. ¿Que recibiremos en una conexión?, depende de la fuente a la que nos conectemos! O sea, la fuente a la que nos conectemos va a producir algo de su misma especie en nosotros.

Todos los seres humanos fuimos creados por Dios a su imagen y semejanza (Génesis 1: 26) y fuimos diseñados de tal manera que funcionamos cuando nos conectamos a EL. Si no estamos conectados a Dios, vivimos simplemente como representantes del Reino Animal; pero si nos conectamos a Dios, entonces vivimos como hijos de Dios y somos capaces de producir amor, luz y vida en nosotros y en las personas a nuestro alrededor.

Juan 8:12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: —Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Seguir a Jesucristo es leer y obedecer su palabra! Eso significa que si queremos tener la luz de la vida, tenemos que vivir como ÉL dice y no a nuestra propia manera.

En el área de las relaciones humanas, fuimos diseñados para vivir en comunidades con otras personas, y de una u otra manera vamos a estar conectados con algunas de esas personas. Nuestra familia es el primer nivel de conexión que tenemos: esposa(o), hijos, padres, hermanos y otros familiares o amigos.

Para poder tener una buena conexión que produzca luz y vida en nuestra familia, necesitamos estar conectados a la fuente de luz y vida que es Jesucristo el hijo de Dios. Es decir, que para tener buena calidad de vida en nuestra familia necesitamos obedecer la palabra de Dios.

Juan 15:5 »Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.

Nos conectamos a Jesucristo, para ser influenciados por su carácter; de tal manera que sus virtudes como la sabiduría, el amor, la paz, el perdón, la humildad, la mansedumbre, la paciencia y el dominio propio van a ser parte integral de nuestra vida. Estas virtudes son imprescindibles para tener y mantener una familia saludable.

Juan 15 nos habla de la necesidad de mantenernos conectados a Jesucristo para que podamos llevar ese fruto de virtudes a nuestras relaciones humanas. Entre mayor sea nuestra conexión con la obediencia a la palabra de Dios, mayor será el fruto de luz y vida en nosotros. No es fácil ser obediente a la palabra de Dios, pero si lo hacemos, y no desmayamos, en algún momento veremos la luz en nuestra vida!

El poder de la conexión con el Señor Jesucristo, nos da el poder para vivir una vida saludable. De la otra manera, separados de Él, no seremos capaces de hacer nada que valga la pena.

Si no te has conectado a la palabra de Dios para obedecerla, o has estado tomando decisiones a tu manera, te invitamos a que hoy mismo, tomes la decisión de vivir completamente conectado(a) a Dios. Aunque con tus ojos naturales no vean la luz, vive obediente a su palabra y muy pronto verás la vida con claridad.

Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. ¡Cuídalo!

Pastores Luis y Hannia Fernandez

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