La ignorancia de principios, la negligencia, la indiferencia, la rutina y la intervención de terceras personas!
Ignorar las instrucciones del que diseñó y creó el matrimonio es una causa grave, porque cada quien quiere manejar su matrimonio a su manera. Como cada quien tiene diferentes formas de ver las cosas, entonces se genera mucha fricción en la relación, provocando resentimientos y conflictos en el matrimonio. Si la pareja decide manejar el matrimonio siguiendo las instrucciones de Dios, aunque no las entiendan, entonces por la obediencia a Dios, lograrán mejorar su relación y disfrutar del matrimonio como Dios lo planeó. La pareja debe procurar alimentarse espiritualmente todos los días de su vida.
El matrimonio es una hermosa unión, pero también enfrenta desafíos que pueden poner a prueba la fortaleza de la relación. Identificar y abordar estos enemigos del matrimonio es esencial para mantener la conexión y la armonía a lo largo del tiempo. En este artículo, exploraremos los cinco grandes enemigos del matrimonio y proporcionaremos estrategias para superarlos y fortalecer la relación.
La negligencia es la desobediencia a las instrucciones de Dios. O sea que a pesar de saber lo que se tiene que hacer, no se hace. Muchas parejas conocen las instrucciones de Dios para el Matrimonio, pero no las siguen. La negligencia siempre produce resultados negativos en el matrimonio y en cualquier área de la vida.
La indiferencia es un estado de desatención de uno de los cónyuges o de los dos. Muchas parejas reducen su comunicación y hablan cada vez menos. Se vuelven indiferentes a las necesidades, deseos y anhelos del otro. La indiferencia es una manifestación de egoísmo y orgullo y con estas actitudes es imposible tener un matrimonio saludable. Es necesario vencer la indiferencia con una actitud de humildad, abriendo el corazón, reconociendo errores, pidiéndose y dándose perdón mutuamente y sin condiciones.
La rutina es otro enemigo del matrimonio en el que caen casi todas las parejas. Esto ocurre por las múltiples ocupaciones de ambos que los hace vivir para trabajar en vez de trabajar para vivir. Muchas parejas caen en la rutina del trabajo, de las ocupaciones y sutilmente se van ignorando mutuamente. Al no haber algo nuevo en la relación, esta se vuelve aburrida e insulsa y se debilita. La pareja debe decidir apartar un tiempo a la semana para darle mantenimiento a la relación. Deben generar ideas para estar juntos y alimentar su relación emocional. Tome decisiones hoy mismo de cómo va a alimentar su matrimonio y hágalo.
La rutina y la monotonía pueden apagar la chispa en cualquier matrimonio. Mantener la emoción viva implica ser creativos juntos, planificar sorpresas y dedicar tiempo de calidad para mantener viva la conexión emocional.
La comunicación es el pilar de cualquier relación exitosa. La falta de comunicación puede dar lugar a malentendidos y resentimientos. Practicar la escucha activa y establecer momentos para hablar abierta y honestamente puede prevenir muchos problemas.
La intervención de terceras personas no calificadas aconsejando. Muchos matrimonios entran en graves conflictos y problemas por consejos malos de personas a veces bien intencionadas pero no capacitadas. Cuando un matrimonio tiene dificultades, deben buscar ayuda espiritual y profesional calificada para que les ayude con guía bíblica como resolver los conflictos.
Las dificultades financieras pueden generar estrés y tensiones en el matrimonio. Abordar este enemigo implica trabajar juntos en un presupuesto y establecer objetivos financieros compartidos. La comunicación abierta sobre las finanzas es esencial.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado.
Meditar en la palabra de Dios, declararla diariamente en nuestra vida y ponerla en práctica,
nos conduce a la prosperidad y al éxito. Josué 1:8